En palabras de Carlos García-Alix, estos cuadernos constituyen la columna vertebral del quehacer artístico de Ceesepe a lo largo y ancho de cuadro décadas: «Sin estos cuadernos-diarios dibujados, pintados, manchados, ensamblados... no resulta posible hacerse una idea cabal de la magnitud de su empeño pictórico, de la fertilidad inagotable de su imaginación, de su potencia como gran creador, independientemente del soporte elegido, ya fueran papeles, lienzos, maderas o carpinterías». Estos cuadernos son, también, el diario ilustrado de toda una vida. «Un diario sentimental —escribe García-Alix— en el que nada de lo que conmueve al artista escapa a ser registrado, ya sea con unas simples y escuetas líneas de tinta china, o con un sin fin de collages entreverados de pintura. Páginas elaboradas munuciosamente, como haría un aplicado iluminista medieval, o páginas esbozadas a lápiz o carbón, abstracciones geométricas y figuraciones barrocas, destellos fugaces de una idea, de un sentimiento, de una emoción o de una ocurrencia, por muy dislocada que esta sea. Una huella, al fin y al cabo, de su alegría y su pena de vivir».
[Fuente: edicioneslabahia.com]
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