Mostrando entradas con la etiqueta Kike Babas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Kike Babas. Mostrar todas las entradas

'Fito. Y por supuesto la Luna', Kike Babas y Kike Turrón (BAO Komikiak, 2023)

Con motivo del 25º aniversario de la carrera en solitario de Fito Cabrales, BAO Komikiak edita la novela gráfica 'Fito. Y por supuesto la Luna', que adapta al cómic la vida y obra del roquero bilbaíno. Guionizado por Kike Babas y Kike Turrón (autores de libros sobre Rosendo, Manu Chao, Los Rodríguez, etc.) y con la participación de una decena de señeros ilustradores estatales.

'Fito. Y por supuesto la Luna' ofrece en sus viñetas las claves vitales que han moldeado su obra, los momentos emblemáticos del chico de barrio que se convirtió en estrella musical y autor de canciones indisolubles de nuestra cultura popular.

Con prólogo de El Gran Wyoming, tapa dura y más de 200 páginas a color, el cómic ya está a la venta en todas las librerías del país y, con oferta especial en exclusiva, solo en la web de la editorial con una camiseta de regalo. 

[Fuente: Warner Music Spain]

'Rosendo. Quiero que sueñes conmigo', Kike Babas y Kike Turrón (Bao Bilbao Ediciones, 2022)

Rosendo Mercado, el padre del rock estatal, desgrana en primera persona toda su trayectoria artística y vital: desde sus inicios musicales y la formación de los seminales e influyentes Leño, hasta la empecinada dedicación a una carrera en solitario que, atravesando desiertos y ajena a modas, terminó por consolidarle como el arista fundamental del rocanrol en castellano. 

Kike Babas y Kike Turrón reorganizan todas las entrevistas hechas a Rosendo a lo largo de más de dos décadas, que sirvieron de base para libros, documentales y diferentes reportajes y que muestran la integridad, la honestidad y la humildad de la que ha hecho siempre gala el roquero de Carabanchel. Respuestas directas y sinceras en las que Rosendo ofrece las claves para entender qué hay detrás de cada una de sus canciones.

[Fuente: Contraportada del libro]

'Sol y sombra. Los Rodríguez', Kike Babas & Kike Turrón (Bao Bilbao, 2020)

'Sol y Sombra. Los Rodríguez' cuenta, en forma oral, la historia de Los Rodríguez, la esencial banda de rock hispano formada por Andrés Calamaro, Ariel Rot, Germán Vilella y el desaparecido Julián Infante, que funcionó entre 1989 y 1996, firmó tres discos históricos e imprescindibles 'Buena suerte', 'Sin documentos' y 'Palabras más, palabras menos', trazó un puente aéreo entre Buenos Aires y Madrid y se separó en el momento cúspide de su breve e intensa carrera. 

Una biografía contada por sus protagonistas y otros artistas y profesionales que lo vivieron de primera mano. Con la participación de Andrés, Ariel y Germán a cuyos recuerdos se unen casi un centenar de voces entre compañeros de discos (Sergio Makaroff, Candy Caramelo, Raimundo Amador), de local de ensayo (Coque Malla de Los Ronaldos, Jaime Urrutia de Gabinete Caligari, Javier Abreu de La Frontera), de escenario (Pablo Carbonell de Toreros Muertos, Josele Santiago de Los Enemigos, Mercedes Ferrer), de vecindario (Javier Corcovado, Ambite de Pistones), de la noche madrileña (Ángel Altolaguirre, Manolo UVI) o de compañeros que siguieron su carrera con ávido interés (Enrique Bunbury de Héroes del Silencio, Carlos Tarque de M-Clan, Fito Cabrales de Platero y Tú, Iván Ferreiro de Los Piratas), además de periodistas (Diego Manrique, Jesús Ordovás, Santiago Alcanda), fotógrafos (Alberto García-Alix), productores musicales, promotores, representantes discográficos, managers e ilustradores.

El libro es obra de Kike Turrón y Kike Babas para Bao Bilbao Ediciones en una cuidadisima edición con encuadernación en tapa dura, 320 páginas a color y más de 275 fotografías. 

[Fuente: baobilbao.com]

'Maneras de vivir. Leño y el origen del rock urbano', Kike Turrón y Kike Babas (Impresión Arte, 2013)

El 25 de Junio de 2013 se publicó el primer libro dedicado exclusivamente a los padres indiscutibles del Rock Estatal, 'Maneras de vivir. Leño y el origen del rock urbano' es la voluminosa biografía coral coordinada por Kike Babas & Kike Turrón. Más cien voces diferentes (músicos, periodistas, productores, managers, técnicos) rememoran las vivencias que tuvieron junto al grupo, retratando, ya no solo el nacimiento y muerte de Leño, si no el origen y desarrollo del rock urbano en este país. Os dejamos un extracto del capítulo 1 que podéis descargar en este PDF y leer un poco más abajo. El libro se puede reservar ya en pagina-1.es. Los 200 primeros pedidos se llevarán un ejemplar firmado por Tony, Ramiro y Rosendo. Paralelamente el mismo día 25, se edita la caja 'Leño 1978-1983', que reúne toda su discografía más los temas extras aparecidos en dos singles y un directo de la época.

Extracto del primer capítulo del libro:

1978: NI LA BANDA TRAPERA DEL RÍO, NI RAMONCÍN, NI KAKA DE LUX

Ramiro: Con La Banda Trapera del Río tampoco tocamos nunca... los oíamos, simplemente. Estuve casi a punto de ser batería de Ramoncín, pero Leño nunca tocamos con él.

Ramoncín: No sé por qué Ramiro no se pudo incorporar al grupo, pero estoy seguro de que era algo que me hubiese gustado y mucho. Seguramente la proximidad en el espacio y el tiempo y el círculo de músicos y amigos lo habría hecho posible. Ramiro me gustaba mucho, creo que era uno de los mejores, sino el mejor, de los baterías rockeros al estilo de los que tocan en trío. Muy Kenny Jones, contundente, sereno, preciso... En cualquier caso, habría sido explosivo y hubiese contribuido a iluminar mis canciones.

Morfi Grey (entonces cantante de La Banda Trapera del Río): A los Leño los escuchábamos. Desde aquí se veía un buen panorama, era una época primigenia, todo surgía y era muy bonito ver aprender a caminar al rock en castellano. Cuando entró el nacionalismo catalán, todas las compañías discográficas importantes, que tenían sus oficinas aquí en Cataluña se marcharon a Madrid: CBS, EMI o Zafiro. Ñu, Paracelso, Leño y Burning eran grupos que teníamos en cuenta. Madrid era mejor lugar que Cataluña para reivindicar el rock and roll como medio de expresión, aquí lo teníamos complicado con todos estos asquerosos de La Nova Cançó y la madre que los parió. No los vi en directo, pero hay una anécdota, el Tío Modes, que en paz descanse, era un guitarrista autodidacta y no admiraba a ningún guitarra, tenía un carácter agrio y decía que todos los guitarristas le sudaban la polla, pero siempre sintió devoción por Rory Gallagher y por Rosendo, creo que por nadie más. Siempre tuvimos verdaderos problemas para encontrar un guitarra rítmico, quería algo parecido a esos dos, Rory o Rosendo, y eso no era cosa fácil de encontrar. Nuestra admiración por Leño era clara, nos gustaba el rock puro y duro, ese rock recogido desde las esencias más primitivas, el blues y cosas así. Sus letras trataban una realidad social que también vivíamos aquí. En nuestro barrio, sobre todo, se escuchaban Los Chunguitos y Los Chichos, pero en los juke box estaban Leño. Sus letras eran más asequibles que las nuestras para las radio fórmulas, ese fue un error, entre comillas, que cometimos, ambos hablábamos de lo mismo, pero ellos de una manera y nosotros de otra. Nosotros fuimos repudiados por la industria por ese motivo. Reconocíamos admiración no solo de Rosendo, también por Ramiro y Tony, una admiración especial porque eran un trío, y eso suponía que ellos dos tenían que dotar a las canciones de una atmosfera muy difícil de lograr, un potencial que solo músicos muy preparados y con una sensibilidad especial pueden llegar a lograr.

Ramiro: Una vez en un colegio mayor de Madrid compartimos cartel con Kaka de Luxe. Tocábamos nosotros primero, ellos eran la cabeza del cartel, date cuenta que era la zona de las universidades, allí estaban al tanto de lo moderno... y nosotros no éramos modernos. El caso es que a Chiqui le dio una descarga brutal a mitad del repertorio. En el labio tenía marcada la rejilla del micro y en los dedos la marca de las cuerdas.

Alaska (entonces guitarrista de Kaka de Lux): Creo que fue un concierto organizado por LaCochu, un colectivo de agitación que tenía sede en Augusto Figueroa y editaba fanzines y se convirtieron en oficina de "managers" (por decir algo) de Kaka de Luxe. El Zurdo formaba parte de LaCochu y así es como los conocimos. El flyer era un dibujo de Pejo, otro de los miembros del colectivo. Uno de Leño casi se electrocuta, la típica derivación de corriente.

Rosendo: Fuimos a probar por la mañana. Cuando nos íbamos, llegaron y nos pidieron los amplis ya que ellos no traían nada. Les dijimos que vale, les mostramos lo que era y nos largamos a comer. Mi Marshall estaba en standby, o sea, encendido, pero con ese botón pulsado. Cuando llegamos de comer seguían allí, mirando la cabeza del ampli, dándola golpecillos a ver si sonaba. Me vieron y me dijeron que no funcionaba. Le quité el standby y sonó. No tenían ni puta idea de lo que era un ampli. Alaska era una cría. Creo que cuando llegamos de comer estaban un poco mosqueados pensando que les habíamos hecho algún truco para que no sonase el equipo... la verdad es que no nos hacía gracia dejárselo.

Alaska: Eso sí refleja la fractura "moral" entre Kaka de Luxe y los grupos con los que tocábamos, que los pobres siempre nos tenían que dejar el equipo. Por ejemplo Manolo Tena, en Cucharada, estaba desesperado con nuestra actitud. Pero es que realmente no nos importaba no saber hacer funcionar un amplificador, ni nos daba vergüenza reconocerlo. Claro, no sé qué edad tendrían estas personas, pero yo tenía 14 años y los encontraba muy mayores, no sólo por lo físico, sino por la actitud, muy setentas en cuanto a la visión de la música, del rock y del músico. Kaka de Lux y Leño éramos mundos distintos. Nosotros partíamos del rock a través de algo muy colorista como el glam, o muy oscuro como la Velvet Underground. Musicalmente vivíamos con convicción la idea de que los solos de guitarra y batería y las jam sessions, que se estilaba mucho todavía, eran un coñazo para demostrar un virtuosismo innecesario. Pero sí tengo que decir que, aunque las etiquetas son odiosas, los dos pertenecíamos a eso que se llamó Rock Urbano, en contraposición al hippismo y buen rollo de nuestros hermanos mayores. Y cuando hablo del Rock Urbano no me quedo con el cliché de chicos de barrio robando coches, como El Vaquilla, sino con la idea de un acercamiento totalmente urbano en la actitud, la imagen y las letras.

Fernando Márquez "El Zurdo" (entonces cantante de Kaka de Lux): En marzo de 1978 actuamos en Psicología con un agüero más bien funesto: al público no le gustó la cosa y nos llamó «imperialistas» e «integrados», a lo que yo respondí con los habituales libros, aviones, imperdibles y bombas de mano; aparte, el sonido resultó espantoso debido a la resonancia del local. Como colofón del día negro, los Leño, que tocaron después, y como había problemas de cables, se llevaron unos cuantos calambrazos, se electrocutaron bastante y tal.

Rosendo: Nos llevamos a Chiqui corriendo a un hospital, le curaron y regresamos para terminar el concierto... Imagino que durante este rato tocarían Kaka de Lux o algo.

[Fuente: manerasdevivir.com]

'El sol y la rabia. Biografía de Reincidentes', Kike Turrón y Kike Babas (Virus Editorial, 2007)

'El sol y la rabia', bien pudiera ser la definición del duro trabajo en la galera, anclados al remo bajo un sol de justicia, pero no. En realidad se trata de una biografía de la banda de rock Reincidentes, escrita por los Kikes, Kike Babas y Kike Turrón, editada por Virus Editorial y de la cual hablamos con ellos dos y con el cantante y bajista de Reincidentes Fernando Madina.

Tratándose de Reincidentes, a quien alguien definió como un grupo andaluz de rock radical vasco, no podía faltar en estas páginas un buen compendio de escritos políticos sobre las causas que estos chicos apoyan. Textos de Hebe de Bonafini (de las Madres de la Plaza de Mayo), la escritora Eva Forest, Gordillo (alcalde de Marinaleda) o Ángel Luis Lara (Hechos Contra el Decoro) desarrollan el ideario de esta banda que acaba de estrenar su disco De-Mentes.

La biografía se completa con entrevistas a personajes del mundo de la música que, de una u otra manera, han pasado por la vida de Reincidentes, como Kutxi Romero (Marea), Bode (Porretas), El Drogas (Barricada), Hatuey (Vantroi), Dover...

Con El sol y la rabia los Kikes acrecientan sus trabajos al alimón, principalmente biografías entre las que encontramos las de Siniestro Total, A palo seko, Enemigos, Rosendo... aunque la última vez que visitaron este navío errante, cada uno por su cuenta y riesgo, fue para presentarnos sendas obras literarias personales: Al domador se lo comieron las pulgas (Kike Turrón) y Jirón (Kike Babas).

Ojo, que ya tienen novedades en la recámara.

[Fuente: palabrayvoz.blogspot.com]

'El Hebe. La barra del barrio. 1980-2005', Kike Babas y Kike Turrón (¿?, 2005)

Este Cd-libro trata sobre la historia de uno de los locales míticos en el devenir de la música en directo del madrileño barrio de Vallecas, El Hebe. Sus autores, los "Kikes" (Kike Babas y Kike Turrón) hacen un extenso recorrido a lo largo de los 25 años de su historia, en una obra profusamente ilustrada que relata con detalle los múltiples conciertos que allí tuvieron lugar.

Kike Turrón y Kike Babas (ambos Madrid, 1970) empezaron ejerciendo como críticos musicales en múltiples fanzines y radios libres desde el año 1989. Tras pasar por algunas de las más prestigiosas revistas musicales del país (Ruta 66, El Tubo, Todas las Novedades o Rolling Stone entre otras) en la actualidad escriben regularmente en las revistas Rock Estatal, Pagina-1 y Zona de Obras y son colaboradores habituales de Manerasdevivir.com.

Como complemento, 'El Hebe. La barra del barrio. 1980-2005', aporta un disco recopilatorio de 15 temas y dos "bonus-video" en el que quedan representados algunos de los grupos que pisaron el escenario del Hebe, tales como Boikot, Marea, Ska-P o Porretas, entre otros.

[Redacción Nuevaola80. Pedro J. Pérez]

'La sana intención. Conversaciones con Rosendo', Kike Babas y Kike Turrón (Zona de Obras/SGAE, 2003)

Empezó en esto de la música siendo guitarrista acompañante de orquestas. Pero para él, el rock and roll llegaría a ser religión a primeros de los setenta, con la melena ya crecidita, con los grupos Fresa y Ñu, en plena época del hippismo eléctrico. Siguiendo sus impulsos vitales, a finales de esa misma década daba un sentido al rock nacional con los tres discos de estudio y el directo que publicaron los imprescindibles Leño, ineludibles documentos sonoros que apuntalaban el nacimiento del rock urbano estatal. Su carrera en solitario, como Rosendo, empezaría a mediados de los ochenta. Catorce elepés en total y hasta la fecha, cargados de canciones viscerales que cuestionan asuntos existenciales, del ser de a pié, parapetados por su imprescindible Stratocaster. A punto de cumplir cincuenta primaveras, Rosendo Mercado Ruiz se erige como un clásico del rock and roll (con mayúsculas) patrio: guitarrista, compositor y cantante con identidad propia. En estas páginas recorremos, guiados por sus propias palabras, todos estos años de incesante carrera. Incluye fotos inéditas y discografía completa con todos los álbumes y singles.

Son 200 páginas con 4 prólogos de cuatro generaciones distintas: Josele Santiago (ex-Enemigos, Maestro Pocero) Kutxi Romero (Marea), Nancho Novo y Montxo Alpuente. Está escrito por Kike Babas y Kike Turrón. Y editado por Zona de Obras/SGAE.

'Tremendo delirio. Conversaciones con Julián Hernández y biografía de Siniestro Total', Kike Babas y Kike Turrón (Zona de Obras/SGAE, 2002)

Este volumen nos lo encargó la SGAE y la revista Zona de Obras. Nosotros aprovechamos las estancias en Madrid del vigués Julián Hernández, que fue el único Siniestro que abrió la boca para esta biografía. De ahí que se ponga en tan buen lugar y que siempre sean los otros los que la montaban. Charlar con un Julián tiene más vicio que la farlopa, el tío sabe de todo y lo cuenta interesante. En tabernitas del centro de Madrid (de San Bernardo a Lavapies) y en el barrio de Hortaleza disfruté de interminables charlas, ya no sobre Siniestro, ya no sobre Julián… en general del mundo y sus elementos, fisicos o espirituales. Cogorzas con Julián hubo, pero quizá la peor de todas (por sus consecuencias, que no por la cantidad ingerida) fue en Valencia, en el barrio del Carmen, donde acudimos tras presentar el libro, “Tremendo Delirio”. Hago un inciso para explicar que el título viene de la expresión que Julián gastó durante los meses de trabajo. A lo que vamos. Acudíamos a un bar dispuestos a mamarnos más de lo que íbamos. Julián sube para mear a la planta de arriba, yo me quedo pidiendo algo. Lo siguiente que recuerdo es un golpe duro y seco y metálico. El ruido lo producía Julián cayendo aparatosamente por las escaleras metálicas. ¿Estás bien? Si, pero me duele el costado. Tranqui, te pongo en un taxi y al hotel, que yo he quedado ahí un momento. Dicho y hecho. Al día siguiente Siniestro suspendían su concierto en la capital del Turia, Julián tenía dos costillas muy abolladas y nos reíamos de todo ello tomándonos unas paella. Claro, que Julián no se podía reír mucho porque veía las estrellas.

Siniestro Total en la familia media Española.

Cuando me di cuenta de la existencia de Siniestro no era yo todavía adolescente, ni ganas que tenía. Era mi hermano mayor quién sobrevolaba esa barrera de la evolución y el que traía, de una forma semiclandestina, esas revolucionarias casetes gravadas a mi casa. No le veía maldita la gracia a aquello que sonaba... eran los primeros temas de Siniestro. Yo tendría doce años. Os contaré; mi hermano mayor representaba todo lo que yo no quería ser en mi futuro. Con el engreimiento que adoptaba por su posición en el hogar paterno conseguía que sus gracias no me hiciesen reír y que, sin embargo, sus pintas si; que su comportamiento me resultase todo menos rebelde, que sus ademanes me pareciesen antinaturales. Con las curras que obtenía por mofarme de él lograba (además de que la madre le reprendiese) que todos sus hobbies (y su entorno en general, por extensión) me pareciesen ridículos: las motos de entonces, los ciclistas de entonces, su moda, la radio, el fútbol de entonces, sus amigos y, por supuesto, la música de aquella época. Ni que decir tiene que todo lo culturalmente moderno entraba por su mano a mi morada, para que engañar, para eso era el hermano mayor.

Y un día, como antes contaba, entró aquella cinta directa al loro filis. Era un modesto modelo de la época en la que no se consentían esos tonos plateados de ahora en los equipos de sonido, que eran negros, como la mortaja de Franco. Era, por una cara “Cuando se come aquí” y por la otra “A santa compaña” de Golpes Bajos. No me importa el año. Aquel ratoneo que espetaba cargantes frases en castellano (la cara A, Siniestro) me pareció algo mas de su absurda imaginería, algo mas que obviar y odiar simplemente por venir de donde venía, de mi hermano.

Los años pasaron y yo era ya un indeseable de aproximadamente diecinueve años. Por arte de “abra Cadabra” era casi como él, como mi hermano mayor, ¡horror! Él, para estas, ya no era aquello. Su moda, música, conductas, y vida en general, habían cambiado ostensiblemente, incluso tenía un buen titulo universitario.

Todo había cambiado, pero, Siniestro Total, sin embargo, seguían ahí, mas avejentados que el carca de mi hermano, asomándose a noticias musicales a las primeras de cambio, arrastrando ese regusto que siempre han gastado a natural deformación, traviesos gamberros inofensivos, con esa actitud provocada de desenfado etílico, con esas dudosas gracias. ¡Y los mensajes de sus canciones! Lo que me transmitían... en fin, aquello no necesitaba muchas interpretaciones, ¡con todo lo que la especie había evolucionado! A mi hermano, por supuesto, le seguían gustando, aunque era de pascuas a ramos cuando se interesaba por ellos.

Descubrí, ya con un uso de conciencia propio, que existían grupos rockeros que duraban más allá del éxito del verano, grupos que perduraban y que no dependían, aparentemente, de una sola canción. En definitiva, grupos a los que no había fagocitado el sistema desgastando su credibilidad, anulando su capacidad de sorprender o a costa de convertirles en figurines de mierda. Eran tantos los casos: Radio Futura, Gabinete Caligari, Ronaldos, Rebeldes, Refrescos, La Frontera... Siniestro nunca llegaban a esa división inaccesible y decepcionante, había algo que se lo impedía, no se, una arrogancia exclusiva, una naturalidad pasmosa. Allí nadie iba de guapo, y eso a mi me llamaba poderosamente la atención. Por otro lado, si reflexiono un poco, en aquella época los Siniestro me parecían algo que la idiosincrasia del país traía consigo, como las rayas de las carreteras, o como los telediarios o como todo aquello que esta ahí de por sí. Musicalmente conocían los lazos a los estaban unidos, era evidente y yo no estaba sordo. Ya conocía a Dr.Feeldgood, Lynyrd Skynyrd, Stones y demás (no todo eran penurias en la relación con mi carnal).

Como todos certificaréis (hablo a la generación del 68 al 71), los Siniestro estaban ahí asiduamente, con Julián como cabeza visible, año tras año (y durante estos) dándoselas generosamente de graciosos y ruidosos en entrevistas y conciertos. A mí, con contemplarlos de lejos, me sobraba y bastaba. Sonaban por la radio y en cualquier bar donde pusiesen música de conjuntos contemporáneos, eran asequibles, ¿quién no conocía a Siniestro Total?. Me parece que, en esos momentos, yo ya recibía algún single en vinilo del disco “En beneficio de todos” que, invariablemente guardaba, sin haberlo escuchado en demasía. Esto era porque me había dado por visitar compañías de discos diciendo que era de una radio y en muchas picaban, dándome como castigo sus objetivos principales. DRO era una de ellas.

Pero eso es harina de otro costal.

A lo que vamos, que a mi no me gustaba lo evidente, que a mi no me la daban los grupos que salían levantado polvo para esconder carencias, que yo prefería complicarme la vida, a mi manera, claro esta, y consumir otros grupos, otros mensajes. Nada de terminar como mi hermano mayor.

El primer día que vi a Julián Hernández de cuerpo presente fue en el bar Flamingo, en Malasaña, en Madrid. Yo aún no conocía personalmente a toda aquella caterva de trasnochados que por allí andaban ( Los Enemigos, Sex Museum, Pleasure Fuckers, managers, periodistas, fotógrafos, camareros, disqueros, etc.), pero ya tenía agudizado mi radar mitómano y el tipo ese de gafas grandes, chaqueta clara, pantalón oscuro y zapatones, era él: varón de raza muy blanca, pelo rizado y tirando a rubio, alta estatura, ojos claros. Me sacaría aproximadamente diez años, y de algún modo me recordó sutilmente a mi hermano mayor. Le había visto en la prensa, en la tele y en algún concierto de verano al que había ido casi única y exclusivamente a pillarme la cogorza y cantar la versión de Obus. Ese día, al salir del Flamingo alguno de la cuadrilla gritó: ¡esos Siniestro! Y tan campante, siguió mi vida años y años, y todos ellos, sin gustarme Siniestro Total. Y (esto es chocante, un verdadero misterio) sin acudir a contemplar ninguno de sus conciertos, cuando, al cabo del año (y durante tres o cuatro consecutivos), asistía a una media de noventa conciertos, viviendo muy de cerca el devenir musical de la escena rockera nacional (es decir, intentando vivir de esto).

Una vez más todo ha vuelto a cambiar mucho. Mis diecinueve años son ya treinta y uno, soy un hermano mayor para todos los efectos. Ahora parece que se puede decir que malvivo de esto de la música y que mi hermano mayor es profesor en los USA. Fíjate si ha avanzado todo, que puedo certificar que Julián es colega (imagino que en el prologo del Babas saldrá a relucir) y que al resto de los miembros de Siniestro Total los he conocido personalmente (aunque de día), y atestiguo que son gente maja y rockeros impenitentes (entendiendo que el termino rockero, en este contexto, nada tiene que ver con guitarras o escenarios) Pero repito que no mantengo una admiración especial por la música de Siniestro, que no suponen un norte en mis miras, que no pincho sus discos por gusto (si acaso, alguna vez el “Cultura Popular”) y que sus mensajes me resultan un tanto excéntricos e introspectivos (chistes internos). Sin dudarlo, con el corazón en la mano y a bote pronto, lo que mas admiro del grupo son los trajes que gastan encima del escenario, su efectividad y sagacidad a la hora de provocar mediaticamente, su adaptación al medio (y al gramo), el modo aparentemente paciente con que se toman todo este tinglado, la fe que tienen en ellos mismos, su afición al rock y al blues, las guitarras de Julián, sus recomendaciones literarias y los ratos que echamos en las tascas, su instinto de supervivencia. Y, por último, admito en mi declaración que jamás me han decepcionado, aunque tampoco me la hayan puesto dura. Creo que todo eso no es poco.

Terminando. Llamé a mi hermano para comentarle que estaba liado con este escrito, necesitaba un par de datos para completar esto y le hizo tanta ilusión que le mentase en el prologo como que estuviese liado con una biografía de uno de sus admirados ídolos de la tardía adolescencia. Charlamos un rato y a él le seguían gustando Siniestro, incluso me comentó que se quería pillar algún disco de esta última época, me comentó alguna arcaica batallita de Julián vivida in situ (siempre lo hace, se trata de una borrachera en Santander o algo así) para rematar con el inevitable comentario muletilla sobre el pasar del tiempo... “y celebran los veinte años, ¡uff! yo, acuérdate, compraba sus discos en los saldos de Discoplay...” Y yo, para mis adentros, me acuerdo, claro que me acuerdo de las canciones de Siniestro sonando a todo volumen en el filis de casa y en loro del SIMCA 1200 saliendo de estival viaje: solo vine a comprar pan y me enseñasteis el Corán. ¿Cuánto queda para llegar?, es que me hago pis.


[Fuente: Kike Turrón]

'Dentro. Conversaciones con Los Enemigos y biografía', Kike Babas y Kike Turrón (Zona de Obras/SGAE, 2001)

En este viaje por la historia de la banda; por su génesis en el barrio de Malasaña; por la personalidad conseguida disco a disco; por los años negros, con la heroína como sombra amenazante para su propia existencia; por la recuparación definitiva y el relanzamiento de la banda como uno de los pilares del rock en castellano. En definitiva, he aquí la historia de un grupo al que el apelativo de "clásico" se ajusta de forma natural.

[Fuente: Contraportada del libro]

'De espaldas al kiosko. Guía histórica de fanzines y otros papelujos de alcantarilla', Kike Babas y Kike Turrón (El Europeo & La Tripulación, 1995)

Este 'De espaldas al kiosko' pretende dejar constancia de la verdadera magnitud de la escena fanzinerosa estatal, urgando en los distintos periódicos históricos de la impresión ilegal del país. Dividiendo el trabajo en dos partes complementarias, historia y sumario, el libro arranca de las generalidades definitorias del término para acabar configurando el desarrollo temporal del reguero editorial subterráneo.

Desde la represión vivida en los años '70 y anteriores, a las ansias de transgresión instatáneas acaecidas en los '80, para llegar a la explosión colorista y multiforme de la presente década. Un ameno recorrido que se ha alimentado con la búsqueda incesante en trasteros particulares de coleccionistas, charlas con los  implicados e infructuosas búsquedas en bibliotecas; todo ello con tal de acercar al lector al universo de los fanzines.

[Fuente: Intruducción del libro]