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'Literatura universal', Sabino Méndez (Ediciones Anagrama, 2017)

¿Puede escribirse un libro usando las mejores palabras de los grandes escritores de la literatura universal? «Que otros se jacten de los libros que les ha sido dado escribir; yo prefiero jactarme de los que me ha sido dado leer», cuentan que dijo Borges. Y justamente ése parece haber sido el punto de partida de esta extraña y maligna novela.

Cárdenas, Simón y Valls se conocen en un colegio de curas del tardofranquismo: son los más díscolos de entre todos los alumnos díscolos. Procedentes de entornos muy contrastados, sus complicidades y entusiasmos se enfocan hacia los libros, el rock, las películas y las drogas. De Barcelona a Madrid, previo paso iniciático por las Baleares, el trío y sus demás compañeros crecen al ritmo de sus respectivas ambiciones y de la necesidad de ganar dinero. Pero todos ellos comprobarán de una manera inesperada cómo la palabra escrita les persigue de un modo sólido, decisivo y diabólico a lo largo de toda su vida.

Sabino Méndez nos ofrece en 'Literatura universal' un festín de arte y escritura, una parodia de novela generacional, una reivindicación de la lectura sensible y apasionada. Una apología descarada de la copia, a la vez que una defensa del orgullo y la utilidad de la escritura. Un estilo indiscutible que se manifiesta tanto en la estructura como en la utilización de la lengua; una verdadera prueba de vitalidad literaria.

Como acompañamiento al libro, Sabino ha compuesto el tema 'Para verte otra vez'.

[Fuente: anagrama-ed.es]

'Historia del hambre y la sed', Sabino Méndez (Espasa-Calpe, 2007)

Sabino Méndez ha publicado su cuarto libro, 'Historia del hambre y la sed', en el que aborda, con sentido del humor y observación cotidiana, la rivalidad entre Madrid y Barcelona desde 1975 a nuestros días. El autor ha vivido en ellas y las conoce en profundidad, y describe sus lugares, sus gentes, el ambiente político, la música y la cultura. La conclusión es que ambas ciudades estarán en perpetua rivalidad por que son muy parecidas. La excelente narración hace que el texto, cargado de anécdotas, resulte ameno y de fácil lectura.

En 'Historia del hambre y la sed', su libro con una intención más claramente social y política, Sabino recurre a los recuerdos de adolescencia para describir la Barcelona de los últimos años de la dictadura y de la Transición, a sus primeros descubrimientos madrileños a comienzos de los años 80, y se interna en la actualidad para hablar de esa experiencia política que ha sido la creación del partido Ciutadans, en él que se ha implicado activamente. Todo ello, para trazar un mapa de dos ciudades tan distintas y distantes, pero cercanas y necesitadas la una de la otra; y lanzar un alegato antinacionalista.

elmercuriodigital.es

'Hotel Tierra', Sabino Méndez (Editorial Anagrama, 2006)

Cómo describir un tiempo y un lugar en el que un mismo individuo puede ser a la vez guitarrista de rock en un grupo de éxito, heroinómano, hispanista, grafómano, organizador de conciertos, periodista, rentista, activista político, motorista y además escribir un puñado de canciones que marcan a toda una generación?

Sólo puede hacerse volviendo a usar la palabra «escritura» con todo el orgullo de la que ha sido vaciada en los últimos tiempos. Así, por estas páginas desfilan, desde 1980 hasta nuestros días, las ruinas de la modernidad, descritas por una voz cambiante y crítica que recomienda desconfiar tanto de los relatos institucionales como de la banalización de los símbolos de la Historia que supone cualquier ficción.

Sabino Méndez –que ha encontrado en su propia biografía los materiales para emprender, a través de varios libros, una especie de investigación dialéctica sobre la singularidad del narrador literario– nos ofrece esta vez un vivaz abanico de trucos del oficio donde se mezclan las memorias musicales, la crónica política, el ensayo literario, la defensa personal, la reminiscencia, la parodia.

lenoir.es

'Limusinas y estrellas. Medio siglo de rock. 1954-2004', Sabino Méndez (Espasa-Calpe, 2004)

'Limusinas y estrellas' es un recorrido ágil, dinámico y riguroso, pero muy personal, a través de la historia del rock, cuyos comienzos el autor sitúa en 1954. Sabino Méndez conjuga de forma magistral su experiencia como protagonista directo del ambiente rockero en España y su extenso conocimiento musical, remontándose a periodos muy anteriores para explicar la génesis del rock (blues, soul) y los hitos más importantes de este movimiento musical, revisando un amplio conjunto de grupos y cantantes, desde Small Faces a Los Ramones, como ejemplo de cada una de las épocas que el autor revisa y documenta extensamente.

Sabino Méndez es el compositor de canciones emblemáticas de la música juvenil de los años ochenta, testigo directo de la denominada "movida", fue cofundador del grupo Loquillo y los Trogloditas, que abandonó en 1989. Productor y guitarrista, en 1997 publicó su primer trabajo discográfico en solitario.

El magnífico texto y las múltiples ilustraciones en color y b/n lo convierten en un excelente libro.

[Fuente: lenoir.es]

'Corre, Rocker (Crónica personal de los ochenta)', Sabino Méndez Ramos (Espasa Calpe, 2000)

Libro apasionado y apasionante, verdadera justificación vital, está escrito por quien fue el principal compositor y mente gris del conjunto Los Trogloditas, más conocidos como banda de acompañamiento del cantante barcelonés Loquillo. Hay, por cierto, un evidente empute entre Sabino Méndez, que es nuestro personaje, y el dichoso Loquillo, que no queda aquí muy bien parado, por cierto. Sabino Méndez, nacido en el 61, vivió de hoz y coz el despertar musical que siguió a la muerte del Caudillo, la llamada Movida Madrileña y sus prolegómenos y decadencia, que no digirió sin secuelas, por cierto.

Como seguidor intermitente del panorama POP de aquellos años (justo el comienzo de la prehistoria de la movida me pilló en Madrid, terminando la mili, y por una serie de azares llegué a conocer a Olvido Gara, de los Pegamoides y varios componentes de lo que luego sería RADIO FUTURA), la verdad es que nunca me interesaron Loquillo y los Trogloditas, ignoraba quien fuera Sabino Méndez y no me suena ni una sóla de las canciones que se citan en este libro. No siendo, ni con mucho, un experto en estas cuestiones, supongo que, no obstantte, tampoco seré de las personas más desconectadas del tema, así que la notoriedad de Sabino es, como mucho, relativa, pero en fin...

Es significativo que tras varios años de frenética actividad musical nuestro personaje optara por ingresar en la universidad aprovechando la convocatoria para mayores de 25 año y que le diera por estudiar filología, lo que se nota bastante en este libro que no está escrito -hora es ya de decirlo- por un rockero descerebrado, ni nada homologable.

Es cierto, no obstante, que se nota en su discurso algo parecido a lo que Lauzier llama "fabricarse recuerdos de excombatiente a base de noches de farra" pie del que cojeamos todos los nacidos en estos tiempos cuando ya no se puede decir ni siquiera lo que se decía en el 68: qué pensar de una sociedad que ha hecho de su destrucción la única aventura posible. En una sociedad donde se ha abolido por decreto la aventura no es de extrañar que una persona culta, inteligente, sensible, plantee estrategias como las que plantea Sabino Méndez, con una buena espuerta de lucidez. Estrategias que no excluyen, por desgracia, la autodestrucción.

Y a propósito de eso, este es un libro de ultimidades, con coqueteos impúdicos con la pelona, algunos muy concretos. Y, autoparódico a raudales, el narrador no evita el ponerse a sí mismo en la picota, entre otras cosas porque ha elegido un punto de vista que se lo permite: el de verse desde fuera, desde arriba, consciente de que el Sabino de hoy ya no tiene nada que ver con los sabinos sucesivos que han sido, y que puede juzgarlos (y condenarlos o salvarlos) con una relativa ecuanimidad

Sabino Méndez no sé (lo siento, aunque seguro que he escuchado muchas canciones suyas) si fue/es un buen compositor, pero escribiendo es sugestivo e interesante. Véase, para comenzar, el digest que hace del antiguo y nuevo testamento en la página 27:

La trama resultaba enrevesada y la sintaxis bastante pobre.(...) Aparecían tres simpáticos contrabandistas que se dedicaban a transportar metales preciosos a través de las fronteras. Uno de ellos, Baltasar, era un claro antecedente de la novela nacional africana. (...) Recuerdo una segunda parte con cuatro periodistas que acudían a una rueda de prensa de un afamado surfista de Nazaret y posteriormente cada uno de ellos daba su versión del asunto.

Contado así podría parecer interesante, pero el autor fracasaba en la estructura y en el ritmo narrativo, dado lo cual prefirió negarse a firmar la obra, quedando esta como anónima y desperdiciándose un amplio horizonte de derechos de autor.

Hombre, la verdad es que, de la segunda parte, hay cuatro autores, que se sepa (Juan, Marcos, Lucas y Mateo), pero bueno, valga la licencia poético-literaria...

Sabino insiste, y yo (que tengo 6 años más) no lo veo tan claro, en el hecho insólito de que, por una parte, la dictadura supuso un retraso cultural (y en este caso musical) para el país y, de otra, que, a la muerte del dictador, llegó todo de golpe. Esto tiene algo de verdad, y sería más cierto en cuanto al cine, por ejemplo, pero la música POP (enlatada) tenía bula, no así los conciertos en vivo, de los cuales hubo alguno durante el franquismo, pero contados. Pero los discos, en su mayoría, llegaban y, por mor de que estaban cantados en inglés, no eran censurados -salvo excepciones concretísimas, recuerdo Aqualung, de Jethro Tull- . En fin, es humánamente comprensible que cada generación crea vivir hechos fundamentales. También lleva razón cuando opina que esta compresión/descompresión, llevó de golpe a una generación a con ocer una temporada de libertades impensables antes y (!ay!) después. El cambio de la guardia, el descoloque inherente a la transición, tuvieron este efecto, lo que comparto, ahora, lo que no dice, y es evidente (pero probablemente él era demasiado joven) es que el franquismo (sobre todo el de los últimos años) era tan inoperante que constituía una especie de anarquía coronada donde teóricamente todo estaba prohibido pero, en la práctica casi todo podía hacerse. Entre otras cosas porque el Estado, reducido a su mínima expresión, apenas controlaba nada y la vida civil lo ocupaba todo. Pero estas reflexiones nos llevarían muy lejos...

En la página 81 hace un retrato de Loquillo, poco piadoso por cierto, donde confunde parapetado por parapeteado , pero, en fin, la cosa no tiene mayor importancia.

En la página 127 comienza a narrar -con la descripción de su primer pico- su larga dependencia de la heroína, "regalo" que le dejó la década y del que le costó Dios y Ayuda deshacerse. Como se reconoce en varios pasajes de este libro, la adición a la heroína sólo acaece tras largos intentos y meses de consumo, así que no se queja de ella, sino que asume que se buscó esta ruina particular.

Sabino Méndez es en esta cuestión, como en otras, bastante consecuente. Recuerda, no sin humor, que otros no lo fueron tanto, y en concreto una campaña antidroga subvencionada por alguna fundación donde aparecieron muchos compañeros suyos abjurando de los opiáceos cuando, en privado, se ponían hasta el culo. Él y otros amigos pagaron de su bolsillo una contracampaña bastante más sincera, por la que fueron estigmatizados (Págs. 196,197).

Tras largos esfuerzos y reiterados intentos nos explica que consiguió dejar la droga, pero no sin secuelas. En la página 216 se da el dato escueto y como si nada de que, al terminar la redacción de este libro, habrá de acudir a una clínica para hacerse una biópsia de hígado, de cuyos resultados, como es lógico, no se permite especular...

Las últimas estapas con Los Trogloditas estuvieron marcadas por la adicción y sus vaivenes. Finalmente dejó el grupo, abandonó a su compañera (Nina Be) y emprendió en serio el camino de la desintoxicación.

Este libro, la verdad, da un mensaje bastante negativo. Sin que su autor se arrepienta de nada, es obvio que el balance no es muy florido. Afortunadamente otras inquietudes y motivaciones (sobre todo la literatura, y este libro es muestra de ello), le llevaron por otros derroteros, en los que cabe desearle suerte.

{Fuente: Antonio Ruiz Vega, crimental.com]