Tras el seudónimo de Troll se esconde el componente de Psicosis Crítica, Alberto Montero, que desde el anonimato que da la distancia histórica nos narra en primera persona un momento convulso y atronador de la vida de algunos de sus compañeros de peña y de la suya propia
Corren los ochenta en Las Palmas de Gran Canaria y el punk canario comienza a eclosionar. Porque aquí, en Canarias, también hubo su “movida” y nada tuvo que ver con la visión demodé almodovariana que los medios populistas dieron de lo acontecido en Madrid: tachuelas, punk-rock, drogas, sexo, imperdibles y por supuesto amistad, como bien dice en el prólogo Blas Sánchez.
Con una prosa directa, rozando lo anecdótico pero efectiva somos testigos de las andazas de esta pandilla compuesta por Troll, Kochino, La Puerca, Neurótika, Animal, Karnicero, las Raquíticas, Niña Coneja, Kanalla, la Matocha y demás troupe, cuyo lema y filosofía se condensa en la frase grafitera: “El Punk no es una moda, es el asko que nos dan los que quieren manipularte”.
Evocadora es la introducción de cada uno de los capítulos con canciones de las más diversas bandas ya (es una pena) desaparecidas o del panorama musical de casi siempre, recordemos: Psicosis Crítica, No, Eskorbuto Crónico, Guerrilla Urbana, Larsen, Decibelios, La Broma de Satán, etc. Así como el emotivo recordatorio final a los caídos en “combate” se hace interminable.
Una generación que con su posicionamiento anti-todo acabaron por no resistir el envite, poniendo en práctica una filosofía auténtica y directa contra el contradictorio sistema de valores que habíamos heredado en sociedad como bien afirma el autor. O aprovechando una de las canciones del grupo R.I.P.: "Somos la última generación que se bebió, fumó y folló la vida a toda ostia sin pensar en el ayer y menos en el mañana, porque lo que venía antes y había después no era mejor. A vuestra salud."
[Fuente: ruidolapalma.com]
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