En la segunda mitad de la década de los setenta, Barcelona vivió una
explosión libertaria cuyos ecos se replicaron, en mayor o menor medida,
en gran parte de España. Se vivía la etapa más creativa en un país en el
que había teatro independiente sin teatros, vanguardias sin escuelas ni
museos, lectores y compradores de libros sin bibliotecas públicas. Una
parte de la generación más joven supo cultivarse y crear sin reglas ni
mandatos: las consignas, si existían, las arrastraba la brisa hasta el
camión de la basura.
Como en una coreografía acelerada y delirante, Pepe Ribas (fundador de
la mítica revista Ajoblanco) evoca aquella efervescencia libertaria que
se desarrollaba sobre un confuso trasfondo social de ilusión y miedo,
libertad y un atrevimiento hasta la asfixia, en el que todo parecía
posible. El espejismo terminó desvaneciéndose: las instituciones y los
partidos políticos maniobraron para, primero encauzar, y luego ahogar,
esta fuerza libertaria demasiado imprevisible para la ortodoxia política
(tanto de derechas como de izquierdas). Envolvieron la contracultura en
diseño, sentimiento nacional y negocio, la alegría se transformó en
interés individual y en neurosis. De compartirlo casi todo se pasó a la
competitividad y a la insatisfacción bañada en alcohol. La heroína
empezó a sembrar la calle de cadáveres y delincuencia. Pero ese
espejismo no fue en vano: gran parte de su legado ha permeado hasta
nuestros días a través del ecologismo, el feminismo, la liberación
sexual y la cultura libre e independiente.
El diseño de la cubierta proviene de una portada de la revista Ajoblanco.
Edita Libros del K.O. Lanzamiento: 21 de octubre 2024.
[Fuente: librosdelko.com]
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