'Deseo carnal. Alaska y Dinarama, mil campanas', es el título con el que
Efe Eme inicia los lanzamientos editoriales en 2020. Escrito por Marcos
Gendre, este libro relata, como si fuera un documental sobre papel, la
gestación de 'Deseo carnal', el gran disco de Alaska y Dinarama (de
1984) que es un tesoro de músicas entre alta y baja cultura, al tiempo
que evoca las luces y sombras de una generación a la que, en tiempos de
crucifixión interesada, tocaba evaluar por el valor de sus actos.
1984 fue el año de 'Deseo carnal', pura provocación de Alaska y
Dinarama, un álbum donde conviven boleros con híbridos de Bowie y
Baudelaire, mientras el Sonido Filadelfia abriga golpes de genio
inspirados en los Clash.
Nunca la imaginación del tándem formado por Carlos Berlanga y Nacho
Canut llegó tan lejos. Por el camino, 'Un hombre de verdad' y 'Ni tú ni
nadie' cumplieron una función social tan relevante como las películas de
Almodóvar. La Movida fue mucho más que una oda a la frivolidad. Este
disco no solo lo certificó, sino que fue uno de los imprescindibles de
los años ochenta.
A lo largo de una veintena de entrevistas, este libro, como un
documental sobre papel, con "voz en off" del autor, recorre la infancia,
adolescencia y madurez de músicos, DJs, periodistas e íntimos del
grupo, para los que 'Deseo carnal' fue una iluminación en sus vidas. En
sus testimonios podemos atestiguar la atracción de unas canciones que
documentan el estado de gracia de Alaska y Dinarama.
[Fuente: efeeme.com]
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'Blues de la frontera. Anarquía y libertad de los Amador (Pata Negra)', Marcos Gendre (Efe Eme, 2018)
Editorial Efe Eme publica, dentro de su Colección Elepé, este libro sobre Pata Negra, formación de Raimundo y Rafael Amador.
'Blues en la frontera', es obra de Marcos Gendre, cofundador del magazine Lazancadilla.com, colaborador de publicaciones como El Salto y Zona de obras. También escribe para las revistas Rockdelux, Mondosonoro, Luzes, Panenka, Volata y Cuadernos Efe Eme.
Unas páginas esenciales que cobran todavía un valor mayor al contar con relatos en primera persona de voces como las de Diego Amador, Raúl Rodríguez, Antonio Carmona o Cathy Claret, entre otros.
Flamenco, pop, rock y blues. Nada se escapó a la inherente creatividad de Raimundo y Rafael Amador cuando, en 1987, decidieron lanzar al mundo 'Blues de la frontera', su obra más reveladora. Para entonces contaban ya con tres discos a sus espaldas, acomodados en una sólida carrera iniciada a finales de los setenta; sin embargo, este fue el trabajo que, por su rotundidad y genialidad, les llevó a firmar la inmortalidad con la historia de la música española.
[Fuente: muzikalia.com]
'Blues en la frontera', es obra de Marcos Gendre, cofundador del magazine Lazancadilla.com, colaborador de publicaciones como El Salto y Zona de obras. También escribe para las revistas Rockdelux, Mondosonoro, Luzes, Panenka, Volata y Cuadernos Efe Eme.
Unas páginas esenciales que cobran todavía un valor mayor al contar con relatos en primera persona de voces como las de Diego Amador, Raúl Rodríguez, Antonio Carmona o Cathy Claret, entre otros.
Flamenco, pop, rock y blues. Nada se escapó a la inherente creatividad de Raimundo y Rafael Amador cuando, en 1987, decidieron lanzar al mundo 'Blues de la frontera', su obra más reveladora. Para entonces contaban ya con tres discos a sus espaldas, acomodados en una sólida carrera iniciada a finales de los setenta; sin embargo, este fue el trabajo que, por su rotundidad y genialidad, les llevó a firmar la inmortalidad con la historia de la música española.
[Fuente: muzikalia.com]
'Parálisis Permanente. Adictos a la lujuria', Marcos Gendre (Quarentena Ediciones, 2014)
Se dice que ya quedan pocas grandes historias por contar dentro del mundo de la música. Si realmente es así, la de Parálisis Permanente, indiscutiblemente, es una de ellas. El primer libro dedicado a esta mítica banda, 'Parálisis Permanente. Adictos a la lujuria' hace justicia a más de treinta años de espera, gracias a un apasionado relato que nos lleva por la travesía musical y vital de Eduardo Benavente, Ana Curra, Rafa Balmaseda y Nacho Canut.
Sueños de estrellato, litros de bilis punk, hondonadas de actitud contracorriente. Entre las páginas de esta obra, Marcos Gendre ha puesto voz a los grandes protagonistas y allegados al universo de la banda más famosa del rock siniestro español. Mural de primera mano, Parálisis Permanente: adictos a la lujuria va de la infancia de Eduardo hasta la resurrección del legado de Parálisis Permanente por medio de la reciente gira Ana Presenta El Acto. Entre medias, el corazón de este libro: los orígenes, escalada a la cumbre y trágico fin de Parálisis Permanente. Pero también, la resurrección entre las brasas del dolor con Seres Vacíos y un retrato sin maquillaje de ese invento llamado La Movida Madrileña.
Crónica apasionada, ensayo meticuloso. Estamos ante un volumen imprescindible para todo el que se jacte de tener todas las piezas del gran puzle sobre la época más sembrada del pop español; una para la que ya iba siendo hora que obras capitales como El Acto o Quiero Ser Santa tuvieran un merecido, y obligado, reconocimiento como el que se cuece a lo largo de estas páginas de rutilante cuero negro.
[Fuente: elargonauta.com]
Sueños de estrellato, litros de bilis punk, hondonadas de actitud contracorriente. Entre las páginas de esta obra, Marcos Gendre ha puesto voz a los grandes protagonistas y allegados al universo de la banda más famosa del rock siniestro español. Mural de primera mano, Parálisis Permanente: adictos a la lujuria va de la infancia de Eduardo hasta la resurrección del legado de Parálisis Permanente por medio de la reciente gira Ana Presenta El Acto. Entre medias, el corazón de este libro: los orígenes, escalada a la cumbre y trágico fin de Parálisis Permanente. Pero también, la resurrección entre las brasas del dolor con Seres Vacíos y un retrato sin maquillaje de ese invento llamado La Movida Madrileña.
Crónica apasionada, ensayo meticuloso. Estamos ante un volumen imprescindible para todo el que se jacte de tener todas las piezas del gran puzle sobre la época más sembrada del pop español; una para la que ya iba siendo hora que obras capitales como El Acto o Quiero Ser Santa tuvieran un merecido, y obligado, reconocimiento como el que se cuece a lo largo de estas páginas de rutilante cuero negro.
[Fuente: elargonauta.com]
'El punk en 200 discos', Marcos Gendre (Quarentena Ediciones, 2014)
Siempre es útil y productivo tener a mano libros que desplieguen los hitos fundamentales de cualquier estilo o tendencia. Si están bien construidos, en cualquier momento el lector puede buscar un dato, recordar, descubrir. Las reglas son sencillas: una introducción que desvele el periodo y tres clases de obras, las sancionadas, las olvidadas y las desconocidas. Con ellas se conforma el libro que el prolífico coruñés Marcos Gendré dedica a exponer los doscientos discos más sobresalientes del punk, en un recorrido que va desde antes de los setenta –por alusiones a sus influencias– hasta la misma actualidad.
La introducción, por tanto, bucea en profundo hacia el pasado y hace retroceder el punk –muy forzadamente, sí– hasta el folk combativo estadounidense, pasa por Chuck Berry, los Kinks y. sobre todo, los Troggs, por MC5 y The Fall y concluye, evidentemente, en el glam. En definitiva, sintetiza la historia del rock en todos los aspectos que se pueden entender como punk. En ocasiones exento de razón, pero siempre le falta un poco de precisión y también un estilo más polícromo, que a veces peca de monótono y repetitivo en la abundancia de símiles.
Tras ello enfoca ya la carga de discos y organiza la información en capítulos limitados por países, épocas y estilos. Abre, por ejemplo, por los neoyorquinos, o sea The Ramones y su primer elepé, recala mucho en Johnny Thunders y potencia grupos normalmente considerados secundarios como los Dead Boys de Stiv Bators. Y la otra cara de la moneda, Londres, con los Pistols, claro, pero también la fallida intentona de Vic Godard y los Subway Sects, también los Damned y singles míticos como el ‘Right to work’ de Chelsea y su continuación, ya como Generation X. También se acuerda de The Boys y The Jam y de ramificaciones primigenias como The Oucast. Es una cascada constante de grandes discos en ese fructífero 1977, descritos con emoción y datos justos para situarlos en su contexto, hasta que empiezan a despuntar otras vías como las de The Ruts o The Rezillos.
Estas otras vías se abren sobre todo en el oi! y el hardcore, puntas de lanza del laberinto de etiquetas obligado en la segunda toma de cualquier estilo. Y en este baile destacan las proclamas de estadio, los himnos obreros y sobre todo el sano reguero de nuevas influencias que se produce en California, mexicanas en el caso de los Zeros, el folk punk con producción de Ray Mazarek de X y el desarrollo de Bad Religion y Green Day, que acabará en las listas de éxitos. También dedica capítulo a las riot girls –con la inteligencia de comenzar por las Runaways– y a los australianos, desde The Saints a Birthday Party, para acabar en la actualidad con The Libertines o Yeah Yeah Yeahs.
Pero lo más interesante de estas calas anglosajonas son las otras caras del punk, aquellas en que la rabia inicial se encauza en experimentos, en sublime amalgama de ruido e inteligencia. Es la parte más interesante, y seguramente la más influyente hoy en día, porque aportaba soluciones de futuro a un sonido que se había quedado estancado. Ahí están Wire, Magazine, The Pogues o TV Personalities. Hasta los Lemonheads del primer elepé.
De comer aparte le echa al punk hispano, cuyo estudio no se inicia con una cronología al uso sino con una entrevista a Tomás González, administrador de la página de La Fonoteca. Aparecen Kaka de Luxe y La Banda Trapera del Río, también el cotizadísimo disco de Familia Real. Algunos recuperables, OX Pow, y otros que han pasado al canon rockero, Siniestro Total. Algunos más blanditos, Aerolíneas Federales, otros objeto de culto, Los Nikis. Quizás sean más representativas las omisiones que las acciones, y si no es por cuestión de espacio no se entiende el olvido de Terry IV, el rock bravú, Airbag o Farmacia de Guardia. En todo caso, es un volumen necesario, de valoraciones obvias pero impecables, de entramado completista, sobre cómo se ha ido desplazando hasta nuestros días ese punk que se propuso acabar con los dinosaurios y las mentiras.
[Fuente: César Prieto]
La introducción, por tanto, bucea en profundo hacia el pasado y hace retroceder el punk –muy forzadamente, sí– hasta el folk combativo estadounidense, pasa por Chuck Berry, los Kinks y. sobre todo, los Troggs, por MC5 y The Fall y concluye, evidentemente, en el glam. En definitiva, sintetiza la historia del rock en todos los aspectos que se pueden entender como punk. En ocasiones exento de razón, pero siempre le falta un poco de precisión y también un estilo más polícromo, que a veces peca de monótono y repetitivo en la abundancia de símiles.
Tras ello enfoca ya la carga de discos y organiza la información en capítulos limitados por países, épocas y estilos. Abre, por ejemplo, por los neoyorquinos, o sea The Ramones y su primer elepé, recala mucho en Johnny Thunders y potencia grupos normalmente considerados secundarios como los Dead Boys de Stiv Bators. Y la otra cara de la moneda, Londres, con los Pistols, claro, pero también la fallida intentona de Vic Godard y los Subway Sects, también los Damned y singles míticos como el ‘Right to work’ de Chelsea y su continuación, ya como Generation X. También se acuerda de The Boys y The Jam y de ramificaciones primigenias como The Oucast. Es una cascada constante de grandes discos en ese fructífero 1977, descritos con emoción y datos justos para situarlos en su contexto, hasta que empiezan a despuntar otras vías como las de The Ruts o The Rezillos.
Estas otras vías se abren sobre todo en el oi! y el hardcore, puntas de lanza del laberinto de etiquetas obligado en la segunda toma de cualquier estilo. Y en este baile destacan las proclamas de estadio, los himnos obreros y sobre todo el sano reguero de nuevas influencias que se produce en California, mexicanas en el caso de los Zeros, el folk punk con producción de Ray Mazarek de X y el desarrollo de Bad Religion y Green Day, que acabará en las listas de éxitos. También dedica capítulo a las riot girls –con la inteligencia de comenzar por las Runaways– y a los australianos, desde The Saints a Birthday Party, para acabar en la actualidad con The Libertines o Yeah Yeah Yeahs.
Pero lo más interesante de estas calas anglosajonas son las otras caras del punk, aquellas en que la rabia inicial se encauza en experimentos, en sublime amalgama de ruido e inteligencia. Es la parte más interesante, y seguramente la más influyente hoy en día, porque aportaba soluciones de futuro a un sonido que se había quedado estancado. Ahí están Wire, Magazine, The Pogues o TV Personalities. Hasta los Lemonheads del primer elepé.
De comer aparte le echa al punk hispano, cuyo estudio no se inicia con una cronología al uso sino con una entrevista a Tomás González, administrador de la página de La Fonoteca. Aparecen Kaka de Luxe y La Banda Trapera del Río, también el cotizadísimo disco de Familia Real. Algunos recuperables, OX Pow, y otros que han pasado al canon rockero, Siniestro Total. Algunos más blanditos, Aerolíneas Federales, otros objeto de culto, Los Nikis. Quizás sean más representativas las omisiones que las acciones, y si no es por cuestión de espacio no se entiende el olvido de Terry IV, el rock bravú, Airbag o Farmacia de Guardia. En todo caso, es un volumen necesario, de valoraciones obvias pero impecables, de entramado completista, sobre cómo se ha ido desplazando hasta nuestros días ese punk que se propuso acabar con los dinosaurios y las mentiras.
[Fuente: César Prieto]
'Vainica Doble. La caricia pop', Marcos Gendre (Editorial Milenio, 2014)
El día que Gloria Van Aerssen y Carmen Santonja se conocieron originaron el milagro más fascinante del pop español: Vainica Doble. Torrente de pop quijotesco, este par de prestidigitadoras darán a luz a retoños discográficos como 'Vainica Doble', 'Heliotropo', 'El Tigre del Guadarrama', 'El eslabón perdido' o 'Taquicardia'. Obras indelebles al paso del tiempo, que en su momento pasaron desapercibidas, ninguneadas por una industria musical que casi nunca supo, ni quiso, apreciar la grandeza que se traían entre manos las brujitas más avispadas del pop.
Rebeldes con causa, Vainica Doble jamás cejaron en su empeño por sortear los estereotipos más manidos de la canción protesta o el pop melódico. 'Vainica Doble. La caricia pop' no solo se adentra en el inmenso legado dejado por Carmen y Gloria, sino que rastrea también el impacto del genial dúo en todas estas bandas; aquellas que, de alguna manera, siempre han entendido la creación musical como un sentimiento de vitalidad extrema en el oyente.
[fuente: librerias-picasso.es]
Rebeldes con causa, Vainica Doble jamás cejaron en su empeño por sortear los estereotipos más manidos de la canción protesta o el pop melódico. 'Vainica Doble. La caricia pop' no solo se adentra en el inmenso legado dejado por Carmen y Gloria, sino que rastrea también el impacto del genial dúo en todas estas bandas; aquellas que, de alguna manera, siempre han entendido la creación musical como un sentimiento de vitalidad extrema en el oyente.
[fuente: librerias-picasso.es]
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