Mira la foto de portada. Fíjate en la mueca de Joaquín frente a la
cámara del inigualable Miguel Trillo. Y ahora define actitud. Hay gente
que nació para estar en el sitio adecuado, en el momento justo. Joaquín
Rodríguez pertenece a ese club. Vivió en primera línea la explosión
incontrolable de la Movida Madrileña y, enrolado en Los Nikis, tiró de
bajo y desparpajo para grabar discos llenos de canciones urgentes e
inolvidables. También bebió, bailó y se codeó con Alaska, Jaime Urrutia o
Jesús Ordovás, quien en un inspirado prólogo reconoce que él tampoco
tiene ni puta idea de música.
Poco dado a la nostalgia, Joaquín ha seguido ligado a la escena punk-pop
nacional, ya sea tocando en Los Acusicas, haciendo fotos en conciertos o
produciendo discos de grupos emergentes. También vuela; es piloto de
Iberia. Y entre viajes, simuladores, actuaciones esporádicas y alguna
que otra faena al F.C. Barcelona, ha encontrado tiempo para dar forma a
este volumen, una especie de memorias camufladas como manual para
debutantes, lleno de anécdotas memorables, fotos imposibles, consejos
que nadie ha pedido y humor inteligente.
El libro es tal y como te lo imaginas: irreverente, desmitificador y
acelerado. Y divertidísimo. Una última advertencia: no tener npi de
música y leer este ejemplar son rasgos de sabiduría que jugarán a tu
favor, pero no te convertirán en músico. Pon un poco de tu parte. No
aceptamos devoluciones.
[Fuente: edicioneschelsea.com]
El libro es muy bueno. Sin complejos. La insolencia sin pretensiones puede acabar llegando donde la búsqueda del talento se pierde en el camino. Muy recomendable.
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