Uno de esos prodigios cotidianos ocurrió en los estudios Kirios de Madrid, en 1984.
Estábamos en el estudio grabando el mini-LP -recuerda Antonio Vega-, y Teo Cardalda había venido no recuerdo por qué. Lo que sí está claro es que no había un compromiso a priori para hacer nada con él. El caso es que acabábamos de grabar unas tomas de guitarra, creo que para "Magia y precisión", llevábamos un buen rato trabajando en el estudio, y decidimos hacer una pausa. Teo entró en la cabina de grabación, y se sentó al piano. Nos pusimos a hablar, y me dijo que oyendo "Una décima de segundo" en casa, se le había ocurrido tocarla al piano, y me quiso enseñar lo bonita que quedaba. Y entonces empezó a tocarla, y yo, sin decirle nada en absoluto, me enganché a la historia, cantándola. Él me miró como sorprendido, y me indicó con un gesto que siguiera. Ni yo sabía por dónde iba realmente. Pero al saberme la canción, y sabérsela él nos acoplamos al momento, y cuando terminamos nos quedamos alucinados de lo preciosa que nos había salido. Le dije a Teo que me encantaba, y que teníamos que decirle a Peter MacNamee que la grabara, aunque sólo fuera para quedárnosla como recuerdo personal. Fuimos a la sala de control, y al ver a Peter y decirle que le queríamos proponer una cosa, él nos respondió que no hacía falta que le dijéramos nada, que ya nos había grabado mientras la tocábamos. Esa fue la primera y la última vez que la tocamos juntos en un estudio, aunque en directo en alguna ocasión la volvimos a hacer.
La presentación se hizo en el mítico Penta, el 27 de junio de 2002, con la asistencia especial de Nacho García Vega.
[Fuente: antoniovega.org, Alvaro Salluc]
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