Este libro nos ofrece el pormenorizado maratón de una banda de rock que se resistió a morir. El grupo madrileño conoció durante dos décadas un auténtico rosario de músicas, disputas internas y canciones a cubierto de las modas. El liderazgo de José Carlos Molina, indiscutible mandatario de Ñu desde la salida de Rosendo Mercado en 1978, marca el destino del grupo, que tanto tuvo que bregar en los duros escenarios españoles para luego sentir que la recompensa por tanto esfuerzo eran el olvido y la falta de reconocimiento. La marea de integrantes que ha desfilado por sus distintas formaciones los ha convertido en sinónimo de escuela de músicos.
La inamovible personalidad de su personaje central, un tozudo e inspirado trovador que equivocó su tiempo, garantizó el mantenimiento en activo de la banda. La causa última de esta rareza en nuestro rock puede encontrarse en el trasfondo de estas palabras del protagonista de esta historia: “Hacer música es algo más espiritual que vender millones de discos o congregar a miles de personas: Es algo que necesitas hacer y no puedes pasarte sin ello. Con que sólo te escuchen veinte ya no te sientes fracasado. Y juntar a mil ya es realmente emocionante…”
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