Qué difícil resulta no disparar a matar cuando se tiene una pistola cargada y enfrente está el abismo. Ángel Álvarez Caballero, El Ángel para sus amigos de la zona más dura, desenfrenada y viva de lo que se llamó Movida madrileña, murió enfermo con poco más de treinta años. Fue en 1992 cuando el poeta, el que fuera cantante de Los Escaparates y de Ángel y los Volcánicos, amante a morir de Ana Curra –teclista de Pegamoides y de Parálisis Permanente–, decidió llenar el tambor de balas de plata y sacar toda su genialidad.
Dos años después se fue para nunca jamás desaparecer, aunque pocos conozcan su obra.
En ese tiempo, cuando la heroína ya había hecho todo su trabajo en ese cuerpo desafiante, El Ángel recopiló y memorizó todo el arsenal que corría por sus venas y publicó 'Los planos de la demolición', un poemario que sobrecoge y emociona, que recorre aquellos años de mujeres, drogas y rock nunca más repetidos en la España post franquista.
[Fuente: zoomnews.com, extracto -Enlace original-]
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