'Hay un grupo en la ciudad que se llama Cicatriz', Roberto Ortega (Zona Cero, 2017)

Cicatriz, desde Gasteiz, unió punk y nihilismo, convirtiéndose en una de las bandas vascas punteras de los 80. Hay un grupo en la ciudad... que se llama Cicatriz (Zona Zero), del vizcaino Roberto Ortega, autor también de dos biografías de Eskorbuto bajo el título de Rock y violencia, es una trilogía que se inicia con un volumen que repasa los inicios del grupo punk, cuando se llamaba Cicatriz en la Matriz, hasta el año 1985.

Conciertos, anécdotas, discografía, declaraciones, proyectos y múltiples datos recogidos en más de 500 páginas con fotografías del grupo. Esa es la oferta de este primer volumen de la historia de Cicatriz, que su autor, Roberto Ortega, encofrador de profesión y colaborador en fanzines y revistas, forjó “en 1995 aunque el proyecto quedó parado porque en 2003 me despareció todo lo que tenía recopilado del grupo”, explica.

Mientras anuncia un próximo tomo dedicado a RIP, el primer volumen de la historia de Cicatriz cobró vuelo tras “la alegría” con la que acogió el proyecto el guitarrista Goar, “el último Cicatriz vivo”, a quien entrevistó durante “más de ocho horas”. Esa información de primera mano y su carácter “cabezón”, unido al rastreo de información del grupo en bibliotecas, fanzines e Internet han hecho posible este primer volumen de 500 páginas que tendrá continuidad con otros dos, a editar “uno por año”.

“No pretendo nada con este libro, ni que se convierta en una biblia sobre el grupo, el punk, ni nada parecido”, explica Ortega, que busca ofrecer “una visión de lo que fue y dio de sí Cicatriz “en su intensa trayectoria”, apostilla. El volumen, que ofrece “pocas entrevistas”, ilustra el germen del grupo, en el controvertido contexto político del momento, con Natxo y Marieli Arroniz, Poti, al frente, ambos huéspedes del psiquiátrico Las Nievas, mientras surgían Hertzainak y los estudios de grabación Soñua, y el galope incesante del caballo.

El libro, que data el debut del grupo el 27 de diciembre de 1982 en un directo en el que sonaron Botes de humo, La tía Julia y versiones de Siniestro Total, recoge información sobre sus múltiples conciertos -exitosos junto a Hertzainak y Decibelios, y fallidos con Angelic Upstairs, ya que “no fue casi nadie”-, incluso los realizados en Madrid y Valladolid;anécdotas sobre el pedal roto de la guitarra del grupo, que “hacía un ruido tremendo al enchugarlo”;o la reivindicación del papel musical de Pedro, por encima del de Pepín. “Era el motor y creador, tocaba guitarra y bajo”, según el autor.

Rock y política El libro recoge también “el momento de esplendor” del denominado Rock Radikal Vasco (RRV), en el que se les encuadró. De hecho, en 1985, Cicatriz actuaron en el contexto de la campaña Martxa eta Borroka, impulsada por la izquierda abertzale. “Tocaron en varios conciertos, unos tres. No les llamaron más ante el deslenguado Natxo, que no quiso aleccionar a la gente a que votara a HB, y cantaron Anarchy in Euskadi”, según Ortega, que concluye el relato “en el mejor momento” de la banda, cuando estaban a punto de grabar su debut, Inadaptados.

[Fuente: deia.com]

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