El curioso origen de uno de los festivales más consagrados de Cartagena
nace de una charla entre unos amigos de los años 80 entre los que estaba
el que sería durante 38 años director de uno de los grandes eventos
culturales de la ciudad.
Quien no ha soñado alguna con que esos planes alocados que se inician en
la barra de un bar, el Arlequín, sean realidad en algún momento de la
vida. Los amigos dejando la imaginación volar para conquistar la
felicidad en forma de proyectos maravillosos. Muchos de esos bosquejos,
casi todos, se quedan en una fantástica charla. Otros es una espinita
clavada por no haber podido iniciar el camino por falta de apoyos o
simplemente por no tener presupuesto.
Serán muchas las ideas que pudieron triunfar y se quedaron o en el cajón
o simplemente al recoger esas últimas cervezas de la barra de un bar,
pero a veces los sueños se cumplen y para eso no podía ser ni un bar
cualquiera, ni un grupo de amigos cualquiera.
Era el año 79, cuando unos amigos decidieron que Cartagena necesitaba un
festival de jazz. Posiblemente no fuera lo primero que planeaban en el
bar Arlequín, este grupo de colegas amantes del mundo de la cultura.
Pero esta vez pusieron la primera piedra de un festival que lleva ya 43
ediciones. El Cartagena Jazz Festival nació aquel día de la mano de los
socios del local. Sus primeros propietarios fueron Diego Jódar, José
Luis Llamas, Alfonso López García y Antonio Baeza Reyes que se quedaría
finalmente con el negocio en solitario y un quinto componente muy
especial.
Entre aquellos socios fundadores estaba Paco Martín, santo y seña de la
cultura cartagenera. Sería durante 38 años el director del importante
festival, además de su relevancia en otros grandes eventos como la
consolidada Mar de Músicas.
El bar Arlequín, situado en la calle Balcones Azules de Cartagena, fue
cuna del jazz de la ciudad y Antonio Baeza recoge todos los detalles en
el libro 'Arlequín. Around Midnight', donde se recuerda este espacio y
un tiempo muy especial para muchos cartageneros, que lo recuerdan como
el local "canalla" de la ciudad. Baeza reconoce la fama. "Era un bar
pegado al Molinete y por allí pasaba gente de todo tipo de clase social,
por lo que sí era un bar canalla". Ellos, como ahora hacen otros
locales, apostaron por hacer exposiciones de pintura o actuaciones en
directo.
El autor recuerda cómo empezó todo. "El Arlequín fue un bar que montamos
entre 5 colegas que veníamos huyendo un poco de la quema de Barcelona y
vinimos con la idea ya de que el bar fuera un bar distinto, que
ofreciera cosas distintas y entre ellas se nos ocurrió la idea de montar
un festival de jazz en Cartagena". Así, tan fácil, como quien decide
los colores de las paredes en el local. Reconoce que contar con Paco
Martín, fue fundamental. "Antes ya de que se le conociera en Cartagena,
nosotros ya sabíamos que tenía unas expectativas, que se salían de
nuestros presupuestos".
El hombre clave de la cultura en Cartagena estaba en aquel bar que cerró
en septiembre de 1993, pero que sigue en la mente de quienes sin
saberlo disfrutan de un festival por dónde han pasado los grandes del
Jazz y que también se gestó en el Arlequín.
Ayer, jueves 7 de noviembre, tuvo lugar en el Centro Cultural Ramón
Alonso Luzzy la presentación del libro con la presencia del autor junto a
Antonio Marín Albalate y el legendario músico local Fernando Rubio
quien también presentó su último trabajo 'Stay cool', junto a su
super-banda The Inner Demons formada por los músicos Paco Del Cerro
(batería), Joaquín Talismán (guitarra), Carlos Campoy (teclados) y Román
García (bajo).
Edita Malbec Ediciones con fecha de lanzamiento 7 de noviembre 2024.
[Fuente: cope.es]
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