El 25 de Junio de 2013 se publicó el primer libro dedicado
exclusivamente a los padres indiscutibles del Rock Estatal, 'Maneras de
vivir. Leño y el origen del rock urbano' es la voluminosa biografía
coral coordinada por Kike Babas & Kike Turrón. Más cien voces
diferentes (músicos, periodistas, productores, managers, técnicos)
rememoran las vivencias que tuvieron junto al grupo, retratando, ya no
solo el nacimiento y muerte de Leño, si no el origen y desarrollo del
rock urbano en este país. Os dejamos un extracto del capítulo 1 que
podéis descargar en este PDF y leer un poco más abajo. El libro se puede
reservar ya en pagina-1.es. Los 200 primeros pedidos se llevarán un
ejemplar firmado por Tony, Ramiro y Rosendo. Paralelamente el mismo día
25, se edita la caja 'Leño 1978-1983', que reúne toda su discografía más
los temas extras aparecidos en dos singles y un directo de la época.
Extracto del primer capítulo del libro:
1978: NI LA BANDA TRAPERA DEL RÍO, NI RAMONCÍN, NI KAKA DE LUX
Ramiro: Con La Banda Trapera del Río tampoco tocamos nunca... los
oíamos, simplemente. Estuve casi a punto de ser batería de Ramoncín,
pero Leño nunca tocamos con él.
Ramoncín: No sé por qué Ramiro no se pudo incorporar al grupo, pero
estoy seguro de que era algo que me hubiese gustado y mucho. Seguramente
la proximidad en el espacio y el tiempo y el círculo de músicos y
amigos lo habría hecho posible. Ramiro me gustaba mucho, creo que era
uno de los mejores, sino el mejor, de los baterías rockeros al estilo de
los que tocan en trío. Muy Kenny Jones, contundente, sereno, preciso...
En cualquier caso, habría sido explosivo y hubiese contribuido a
iluminar mis canciones.
Morfi Grey (entonces cantante de La Banda Trapera del Río): A los Leño
los escuchábamos. Desde aquí se veía un buen panorama, era una época
primigenia, todo surgía y era muy bonito ver aprender a caminar al rock
en castellano. Cuando entró el nacionalismo catalán, todas las compañías
discográficas importantes, que tenían sus oficinas aquí en Cataluña se
marcharon a Madrid: CBS, EMI o Zafiro. Ñu, Paracelso, Leño y Burning
eran grupos que teníamos en cuenta. Madrid era mejor lugar que Cataluña
para reivindicar el rock and roll como medio de expresión, aquí lo
teníamos complicado con todos estos asquerosos de La Nova Cançó y la
madre que los parió. No los vi en directo, pero hay una anécdota, el Tío
Modes, que en paz descanse, era un guitarrista autodidacta y no
admiraba a ningún guitarra, tenía un carácter agrio y decía que todos
los guitarristas le sudaban la polla, pero siempre sintió devoción por
Rory Gallagher y por Rosendo, creo que por nadie más. Siempre tuvimos
verdaderos problemas para encontrar un guitarra rítmico, quería algo
parecido a esos dos, Rory o Rosendo, y eso no era cosa fácil de
encontrar. Nuestra admiración por Leño era clara, nos gustaba el rock
puro y duro, ese rock recogido desde las esencias más primitivas, el
blues y cosas así. Sus letras trataban una realidad social que también
vivíamos aquí. En nuestro barrio, sobre todo, se escuchaban Los
Chunguitos y Los Chichos, pero en los juke box estaban Leño. Sus letras
eran más asequibles que las nuestras para las radio fórmulas, ese fue un
error, entre comillas, que cometimos, ambos hablábamos de lo mismo,
pero ellos de una manera y nosotros de otra. Nosotros fuimos repudiados
por la industria por ese motivo. Reconocíamos admiración no solo de
Rosendo, también por Ramiro y Tony, una admiración especial porque eran
un trío, y eso suponía que ellos dos tenían que dotar a las canciones de
una atmosfera muy difícil de lograr, un potencial que solo músicos muy
preparados y con una sensibilidad especial pueden llegar a lograr.
Ramiro: Una vez en un colegio mayor de Madrid compartimos cartel con
Kaka de Luxe. Tocábamos nosotros primero, ellos eran la cabeza del
cartel, date cuenta que era la zona de las universidades, allí estaban
al tanto de lo moderno... y nosotros no éramos modernos. El caso es que a
Chiqui le dio una descarga brutal a mitad del repertorio. En el labio
tenía marcada la rejilla del micro y en los dedos la marca de las
cuerdas.
Alaska (entonces guitarrista de Kaka de Lux): Creo que fue un concierto
organizado por LaCochu, un colectivo de agitación que tenía sede en
Augusto Figueroa y editaba fanzines y se convirtieron en oficina de
"managers" (por decir algo) de Kaka de Luxe. El Zurdo formaba parte de
LaCochu y así es como los conocimos. El flyer era un dibujo de Pejo,
otro de los miembros del colectivo. Uno de Leño casi se electrocuta, la
típica derivación de corriente.
Rosendo: Fuimos a probar por la mañana. Cuando nos íbamos, llegaron y
nos pidieron los amplis ya que ellos no traían nada. Les dijimos que
vale, les mostramos lo que era y nos largamos a comer. Mi Marshall
estaba en standby, o sea, encendido, pero con ese botón pulsado. Cuando
llegamos de comer seguían allí, mirando la cabeza del ampli, dándola
golpecillos a ver si sonaba. Me vieron y me dijeron que no funcionaba.
Le quité el standby y sonó. No tenían ni puta idea de lo que era un
ampli. Alaska era una cría. Creo que cuando llegamos de comer estaban un
poco mosqueados pensando que les habíamos hecho algún truco para que no
sonase el equipo... la verdad es que no nos hacía gracia dejárselo.
Alaska: Eso sí refleja la fractura "moral" entre Kaka de Luxe y los
grupos con los que tocábamos, que los pobres siempre nos tenían que
dejar el equipo. Por ejemplo Manolo Tena, en Cucharada, estaba
desesperado con nuestra actitud. Pero es que realmente no nos importaba
no saber hacer funcionar un amplificador, ni nos daba vergüenza
reconocerlo. Claro, no sé qué edad tendrían estas personas, pero yo
tenía 14 años y los encontraba muy mayores, no sólo por lo físico, sino
por la actitud, muy setentas en cuanto a la visión de la música, del
rock y del músico. Kaka de Lux y Leño éramos mundos distintos. Nosotros
partíamos del rock a través de algo muy colorista como el glam, o muy
oscuro como la Velvet Underground. Musicalmente vivíamos con convicción
la idea de que los solos de guitarra y batería y las jam sessions, que
se estilaba mucho todavía, eran un coñazo para demostrar un virtuosismo
innecesario. Pero sí tengo que decir que, aunque las etiquetas son
odiosas, los dos pertenecíamos a eso que se llamó Rock Urbano, en
contraposición al hippismo y buen rollo de nuestros hermanos mayores. Y
cuando hablo del Rock Urbano no me quedo con el cliché de chicos de
barrio robando coches, como El Vaquilla, sino con la idea de un
acercamiento totalmente urbano en la actitud, la imagen y las letras.
Fernando Márquez "El Zurdo" (entonces cantante de Kaka de Lux): En marzo
de 1978 actuamos en Psicología con un agüero más bien funesto: al
público no le gustó la cosa y nos llamó «imperialistas» e «integrados», a
lo que yo respondí con los habituales libros, aviones, imperdibles y
bombas de mano; aparte, el sonido resultó espantoso debido a la
resonancia del local. Como colofón del día negro, los Leño, que tocaron
después, y como había problemas de cables, se llevaron unos cuantos
calambrazos, se electrocutaron bastante y tal.
Rosendo: Nos llevamos a Chiqui corriendo a un hospital, le curaron y
regresamos para terminar el concierto... Imagino que durante este rato
tocarían Kaka de Lux o algo.
[Fuente: manerasdevivir.com]
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